Saludos a todos.

Esta semana ha transcurrido bastante tranquila en cuanto a actividades y eventos. Como cada semana, el martes tuvimos nuestra reunión semanal con nuestra coordinadora Lefki, en la cual valoramos la semana anterior de 1 a 10, realizamos una valoración de las actividades de la semana anterior y hablamos sobre las actividades que se van a llevar a cabo la siguiente semana. Pero dado que estas semanas no estamos teniendo grandes eventos o actividades (a excepción del club de cine que organizamos el lunes y en el que batimos récord de asistencia, alrededor de cien personas), las dos últimas reuniones con Lefki han servido para terminar de perfilar el que va a ser a partir de septiembre hasta el final de nuestra experiencia en Chipre nuestro horario semanal. Nuevas actividades, eventos y talleres que iré desvelando en las próximas entradas.

Como dije antes, la semana anterior fue bastante tranquila en cuanto a actividades, por lo que seguimos con nuestro trabajo de oficina. También me reuní, como cada semana, con mis parejas de intercambio de idiomas, Antonia y Natasha. Mi voluntad de aprender a hablar griego es notable, pero no es tarea sencilla, por lo que ellas no tienen más remedio que tener mucha paciencia conmigo. Y puedo asegurar que la tienen. De todas formas, aún tengo tiempo para mejorar. Sin prisa pero sin pausa o «siga siga» en griego.

El fin de semana fue en general tranquilo. El sábado fuimos Benjamin, Gioia y yo a una fiesta que montaron los organizadores del festival de arte y música «Xarkis Festival» para ir promocionando el festival y para que el personal y voluntarios que vamos a trabajar en él nos conociésemos un poco más. Y el domingo Gioia y yo nos desplazamos junto con dos organizadores del festival, Athos y Alexander, hasta el pueblo donde se va a realizar el gran evento, Lofou. Toda la mañana caminando por el pueblo, un pueblo de estilo muy rústico y semiabandonado en el que sólo viven cincuenta personas. Parte de los organizadores nos explicaron donde se van a ubicar cada una de las instalaciones con las que va a contar el festival y alguna de las tareas que vamos a llevar a cabo. Personalmente me pareció un pueblo muy bonito, perfectamente comparable a cualquier pueblo rústico del interior de la península ibérica, y en el que, permitidme la expresión, «hace un calor que te cagas».

De vuelta a Nicosia por la tarde, me reuní con mis amigos españoles para seguir juntos el devenir del futuro de la política española. Al final no hubo cambio. Esperaremos cuatro años más.

Ya el lunes, organizamos nuestro «club de cine» semanal, con excepción de la semana anterior, ya que el lunes 20 fue día festivo. Esta semana tocaba la última de las películas de género musical que hemos estado proyectando durante este mes, «Grease». Sinceramente no sé por qué, pero la película tuvo un éxito enorme, especialmente entre el género femenino. Unas cien personas asistieron a ver la película al aire libre. Un acierto de película sin duda, y eso que no soy muy amante de los musicales.

Y para cerrar la entrada de esta semana, decir que después de varios intentos fallidos por salir a tomar unas cervezas con mi amigo Nikos, por fin el martes por la noche nos pusimos de acuerdo. Digamos más bien que él me raptó. Y yo por fin me dejé raptar, con mucho gusto. Tomamos unas cervezas con buenos temas de conversación de por medio y a dormir tan a gusto.

¡Nos vemos pronto!

 

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