Hola a todos una semana más. Después de una semana intensa de trabajo y llena de buenos momentos en el «Xarkis Festival», tocaba descansar y desconectar un poco del trabajo y la rutina, que desde que llegué a Nicosia hace tres meses aún no había tenido un día libre en condiciones. Así que en eso se ha resumido mi semana, los días que trabajé horas extra las he recuperado esta semana.

El martes pasé la mayor parte del día en casa, poniendo el blog al día y disfrutando del hogar. Después de una semana fuera sienta bien quedarse en casa relajado y fresquito. El miércoles, después de comer, me fui a la playa con Elli, su prima y el novio que habían venido desde Canadá a pasar unos días en la Isla, y Anna, voluntaria de YEU antes de la nueva hornada de voluntarios. Tarde tranquila en una de las playas de Lárnaca cerca del aeropuerto y vuelta a casa.

El jueves fui con mi compañera de idiomas Antonia a Limassol, a disfrutar de un poco más de playa y a visitar la ciudad, que aún no había visitado. Un rato por la mañana en la playa, donde tuve tiempo para nadar (qué falta me hacía), y por la tarde visitamos «la marina» o zona del puerto y el centro histórico de la ciudad. Día idóneo para desconectar y recargar pilas.

De vuelta a la oficina el viernes, conocí a la que va a ser nuestra compañera de organización durante el próximo mes y medio, Georgiana, de Rumanía. Digo compañera de organización y no de oficina básicamente porque sólo vamos a coincidir en la oficina con ella durante esta semana. A partir de la semana que viene hasta la última semana de agosto, mis compañeros y yo vamos a asistir a un curso intensivo de griego en la Universidad de Chipre, así que nos veremos poco dentro de la oficina, seguro que mucho más fuera de ella. Volviendo a la oficina, aproveché el día para ponerme al día de las cosas que tenemos que preparar para las próximas semanas. Por la noche me reuní con varios amigos para ir a una fiesta que se celebraba en la parte ocupada de la Isla o la parte turca, para entendernos. Pocos minutos después de cruzar el borde, Dimitris me llamó para avisarme del golpe de estado que se acababa de producir en Turquía. A pesar de la noticia, decidimos ir hasta el bar donde se celebraba la fiesta. Al llegar allí, el lugar estaba practicamente vacío. Ante el temor de la situación, mucha gente allí presente minutos antes decidió volver a casa. Nosotros estuvimos allí un rato, pero ante la situación de incomodidad que se respiraba decidimos regresar a la parte griega, por si acaso. Continuamos nuestra particular noche en los bares de «nuestra Nicosia» preguntándonos si al día siguiente podríamos continuar con nuestro plan de fin de semana, que no era otro que visitar la parte más septentrional de la isla, es decir, cruzar otra vez a la parte turca.

Al día siguiente, viendo que el golpe de estado en Turquía había fracasado, decidimos seguir adelante con el plan. Cargamos los coches con las mochilas, tienda de acampar,… y nos dirigimos a la frontera. Allí nos dirían si podríamos cruzar finalmente o no. Afortunadamente, no hubo ningún problema, todo parecía estar tranquilo. Ya en la parte ocupada, fuimos a un supermercado a por provisiones, cargamos el coche, y después de casi tres horas de viaje llegamos a nuestro destino, «Golden Beach». Aterrizamos en una especie de camping semiabandonado, pero todavía en funcionamiento, con varios bungalows y un restaurante. Al parecer, los bungalows todavía funcionan, pero el restaurante fue cerrado por el gobierno hace un par de meses. Cosa extraña que una parte sí funcione y la otra no. El caso es que montamos las tiendas y nos fuimos directos a la playa. Para que os hagáis una idea, en una playa de alrededor de dos kilómetros de largo había unas veinticinco personas en total, y sólo nosotros eramos diez. Aquello era un auténtico paraíso. Aguas limpias como ninguna que haya visto antes, un placer vamos.

Golden Beach 7

Por la noche, preparamos algo de cena fría y volvimos a la playa a beber, jugar y disfrutar de la tranquilidad del lugar. Mi idea era dormir en la playa junto con varios amigos, ya que no tenía esterilla para la tienda, pero a media noche decidí irme a dormir a la tienda debido a la alta humedad que había en la playa y la poca ropa que llevaba para dormir en esas condiciones. Dormir en la tienda no fue mucho mejor, pero al menos no pillé un resfriado innecesario. A la mañana siguiente, volvimos a la playa. Yo me fui a nadar un rato mientras la cuadrilla se quedó refrescándose. A media mañana, mi amiga Ángeles y yo fuimos a dar un paseo por la orilla, y llegando a una zona de rocas encontramos el caparazón de una tortuga gigante, con el cuerpo en descomposición al lado. Decir que en esta zona de la Isla habitan tortugas gigantes marinas. La lástima fue no poder ver ninguna viva. Aún así, dio impresión ver el tamaño de aquel animal. Después del baño

A mediodía, recogimos todo y cogimos el coche de vuelta a Nicosia, pero en mitad del camino hubo tiempo para hacer una parada y comer algo. Otras dos horas y pico más de viaje, y sobre las 20:00 llegamos a la parte griega de Nicosia.

Ya el lunes, retomamos la actividad en la oficina como de costumbre. Por la tarde tocaba «club de cine» en el Bank of Cyprus, en el anfiteatro que hay situado en el patio en la parte trasera del edificio. La película que proyectamos fue «Los Blues Brothers» o «Granujas a todo ritmo» (título en español, nosotros lo traducimos todo!!). Buena afluencia de público y buen transcurso de la película hasta que, sin saber por qué, el reproductor se comió veinte minutos de película, los veinte minutos más importantes donde se produce el climax de la película. Al terminar, varios amigos vinieron a preguntarme varias cosas que no habían entendido. Yo, que he visto esta peli unas cuatro o cinco veces hace ya algún tiempo, sabía que algo faltaba, pero en ese momento estaba pendiente del público e intentaba buscar una razón de lo que pasó en el desenlace para explicar a mis amigos. Al rato, dándole vueltas, caí en la cuenta de que efectivamente faltaba la parte más importante de la película. Sinceramente, creo que para más de uno fue un alivio que la peli acabara unos minutos antes, ya que el hormigón del anfiteatro no es demasiado cómodo, pero es algo que debemos mejorar para la próxima película, personalmente creo que fue una cagada. Esperemos mejorar esos problemas técnicos en las próximas proyecciones.

¡Hasta la semana que viene!

 

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