Hola a todos. Esta semana ha sido un poquito más especial que el resto. Se debe a que el lunes 19 de Septiembre hizo veintiocho años llegué a este mundo. Las felicitaciones me las llevé yo, pero realmente el mérito lo tiene mi madre que fue quién hizo el esfuerzo. 19 de septiembre, día que me tomé libre para disfrutarlo. Sin hacer nada especial, lo dediqué básicamente a descansar, cocinar y responder las felicitaciones de las personas que dedicaron un minuto de su tiempo para escribirme o llamarme. Puede sonar un poco aburrido, pero creedme, el hecho de corresponder a la gente que se acordó de mí, y por otro lado, de descansar del trajín de las últimas semanas significó mucho.
Por la noche, me reuní con varios amigos para celebrarlo con unas cervezas y una buena tarta de chocolate. Muy feliz de celebrarlo con ellos, pero a la vez un poco extraño de no tener a la familia y amigos cerca. De todas formas, siempre bien rodeado, lo que es una suerte.
El resto de la semana ha seguido en la misma línea que las otras, trabajo de oficina para seguir preparando las actividades que llevamos a cabo semanalmente y también en Cáritas, echando una mano en todo lo que podemos.
Como actividades a resaltar, el miércoles Gioia y yo realizamos nuestro taller de cocina. Esta vez el tema trataba sobre comidas veraniegas. Aprovechando que todavía hace calor y puesto que durante el verano no tuvimos actividad en cuanto a la preparación de actividades, decidimos hacerlo ese día. Como no, un buen gazpacho andaluz y una ensalada de patatas agridulce al estilo italiano. La elaboración de los platos fue todo un éxito, no lo fue tanto la asistencia de participantes. Debido a varios imprevistos las semanas previas a la realización del taller, no teníamos claro si realizaríamos o no el taller en el local, por lo que tuvimos poco margen para crear el evento y promoverlo. Aun así, los participantes allí presentes disfrutaron de la actividad y quedaron muy satisfechos con la cena que ellos mismos elaboraron.
Nos vemos la semana próxima!