Una vez terminada la Semana Santa ortodoxa, el martes mis compañeros y yo retomamos el trabajo que teníamos entre manos, que no era otro que terminar de perfilar los últimos detalles del evento que presentaríamos el domingo, “Open Mind Open World”. Evento cuyo objetivo no era otro que darnos a conocer como nuevos voluntarios del proyecto “Cultural Caravan” ante los jóvenes chipriotas y de otras comunidades allí presentes, hablando de nosotros y nuestra cultura. Para ello, preparamos una serie de actividades y juegos bastante dinámicos, que según mi opinión, no fueron nada mal. Pero de esto hablaremos más adelante.
El miércoles mi compañera italiana Gioia y yo volvimos al centro de Cáritas para seguir echando una mano. El motor del centro Gosia, a veces necesita dividirse para hacer varias cosas a la vez. Ayudar a un refugiado recién llegado a la isla que no tiene papeles y no sabe dónde tiene que solicitarlos, una mujer africana sin papeles que ha dado a luz hace poco y que ha tenido complicaciones en el parto y no la pueden ver en el hospital porque no tiene documentación,…y así un puñado de diferentes casos en los que media para facilitar las cosas a toda esta gente. Toda ayuda es poca, así que los voluntarios que allí colaboramos echamos un cable en lo que podemos. Nosotros estamos empezando, pero hay varios voluntarios con varios meses de experiencia que realizan un trabajo esencial con esa gente sin recursos. Auténticos héroes todos ellos.
El jueves, después de un completo día de oficina, tocaba una ronda de cervezas por el centro. Mis compañeros Benjamin, Bárbara, Gioia y yo nos reunimos con tres chicas, también voluntarias en otro proyecto, que conocimos porque una de ellas era italiana y ya conocía a Gioia antes de llegar a Chipre. El caso es que una cerveza se convirtió en varias y acabamos la noche más tarde de lo planeado y más contentos de lo esperado. Mejor no pensar en el día siguiente.
Algo más de trabajo de oficina el viernes, algunos ensayos y puesta a punto del proyector para el evento que realizaríamos el domingo y a descansar. La noche anterior pasó factura y el cuerpo necesitaba descanso.
Nada nuevo el sábado, día para organizar y limpiar la casa, y por la noche tiempo para desconectar con los amigos en casa. El domingo era nuestro día.
Y el domingo llegó. Y con él nuestro primer evento. Todos los voluntarios estábamos un poco nerviosos, unos por cuanta gente asistiría, otros porque queríamos que todo saliese como lo habíamos planeado. Al final nos reunimos en la oficina de YEU Cyprus alrededor de unas 20 personas y las actividades salieron más o menos según lo previsto. Digo más o menos porque la actividad estaba prevista a las 18:00 y esperando a que llegara la gente no empezamos hasta las 18:30, lo que provocó que se nos echara el tiempo encima. A pesar de todo, nuestro primer evento fue bastante satisfactorio. Diversos juegos para romper el hielo, actividades cooperativas-competitivas y concursos con un punto cultural. En eso se resumió la tarde. Y esa es la dinámica de trabajo que debemos seguir. Para celebrarlo, una buena cena y unas cervezas. Pero pronto a casa que el lunes ya se veía venir.
De nuevo, arrancando el lunes con actitud positiva y con ganas de afrontar el trabajo y actividades que nos presenta la semana.
¡Hasta la semana que viene!