¡Hola todos!
Esta semana se ha desarrollado de manera tranquila. No hemos tenido excesivo trabajo de oficina, y en el refugio de Cáritas todo ha transcurrido de manera tranquila, al menos los días que me ha tocado ir. Digo que me ha tocado porque cada semana Dimitris organiza las parejas de manera que coincidamos con todos compañeros.
El martes por la noche empezamos nuestro “Club de cine”. La temática de este mes va a tratar sobre el cine francés. Así que el martes proyectamos una película sobre una familia francesa en la que las cuatro hijas se casan con hombres de diferente etnia y religión. Una comedia de la que todos los asistentes pudieron disfrutar. Pero lo más gracioso de todo fue ver la cara de un grupo de senegaleses cuando la más guapa de las hermanas de la peli se iba a casar con el chico negro. Entre ellos se podía apreciar como una sensación de orgullo y esperanza a la vez. Más espectadores de los que esperábamos para ser la primera proyección, y buen sabor de boca al final de la película. Así que satisfechos.
Miércoles de nuevo en Cáritas y por la tarde más trabajo de oficina. Había que preparar el programa de radio para el día siguiente. Por la noche cené con Elli para ponernos al día, ya que ella había estado dos semanas de viaje y no había podido ver a mi mentora.
Y el jueves llegó y con él el programa de radio. Para ser honesto he de decir que no estaba excesivamente nervioso. Era algo nuevo para mí dado que nunca antes había participado en un programa de radio. Pero el hecho de saber que el programa lo podemos realizar a nuestro antojo y que no es una emisora que tenga excesiva audiencia me tranquilizaba bastante. Se trata de una emisora online que reproduce desde la zona neutral de Nicosia y que está sujeta a un programa de acercamiento entre las dos partes de la isla, la Chipre Turca y la Chipre Griega. Pero volvamos al programa. Empezamos a emitir a las 4 de la tarde con un calor asfixiante los cuatro voluntarios. El programa trató un poco sobre nosotros (que novedad), sobre nuestras primeras impresiones en Chipre y sobre nuestros proyectos durante este año. También añadimos algunas canciones de Eurovisión entre charla y charla y con motivo de la gala que se celebró el pasado fin de semana. Cortesía de mi compañero Benjamin. Después de una hora de historias, anécdotas y risas, la sensación general del grupo fue buena. Nos lo pasamos bien y disfrutamos haciendo lo que hicimos. Al fin y al cabo ese es el propósito de esta experiencia, al menos para mí.
Por la noche, me reuní con mi mentora Elli en su Centro de Música “WindCraft”. Allí se realizó un concierto de música jazz con la presencia de un famoso saxofonista israelí llamado Gilad Atzmon y con la colaboración de varios músicos locales. Al finalizar, una pequeña ayuda para recoger el salón y a casa.
El viernes fue bastante tranquilo. Trabajo de oficina durante todo el día. Por la noche salí con mi compañera de intercambio de idiomas para ayudarla con su examen de español. También aprovechamos para tomarnos una cerveza, como bien merece un viernes por la noche. Y al terminar con ella, un rato de fiesta con los amigos para terminar bien la noche, pero no demasiado tarde que el día siguiente iba a ser un poco duro.
Como he dicho antes, el sábado iba a ser un día duro porque mis compañeros y yo decidimos colaborar con una empresa de reciclaje en un evento de tipo social para toda la familia. Digo duro porque nuestra labor consistía en disfrazarnos de mascotas de la empresa y animar a los asistentes, especialmente a los niños. Una hora por la mañana y otra por la tarde. Decidí participar en esta experiencia para saber lo que era estar dentro de un disfraz, en mi caso de robot, y vivir la experiencia desde dentro. ¿Habéis estado alguna vez en una sauna durante una hora entera? Ahí la respuesta. Buena experiencia, pero si puedo evitarlo, creo que no me volveré a disfrazar más. Vuelta a casa y a descansar, que el fin de semana aún no había terminado.
El domingo por la mañana, mis compañeras Gioia, Bárbara y yo nos apuntamos a una ruta de senderismo para ir conociendo un poco más la isla. Concretamente fuimos a Kalo Xwiro Orinis, cerca de Agros, al sur de la ciudad de Nicosia. La ruta fue algo más suave de lo que nos dijeron, pero contento de salir por unas horas de la ciudad y ver un poco de naturaleza.
Por la noche, invitamos a casa a nuestras amigas Elena, Zoe y María a cenar para cerrar un fin de semana completo.
Ayer empezamos la semana de nuevo en el refugio de Cáritas y por la tarde reuniones con Dimitris, Lefki y la anterior coordinadora de YEU Cyprus, Iliana.
¡Hasta la semana que viene!
Ps: Sin darme cuenta, ¡ya llevo un mes en Nicosia! ¡Qué rápido pasa el tiempo cuando uno disfruta!