Recta final y vuelta a casa, semanas 47º a 53º

Hola a todos,

Antes de empezar a escribir, me gustaría disculparme por mi gran demora en escribir esta última entrada. En un principio, tenía intención de escribir y relatar mis últimas semanas en Chipre con detalle, como acostumbraba a hacer la mayoría de veces que he escrito, pero dado que ya ha pasado mucho tiempo y desde mi vuelta a España mi vida ha sido como una montaña rusa (muchos cambios en muy poco tiempo), he pensado en resumir un poco lo que fue aquel mes de marzo y abril para a continuación agradecer y despedirme de todas aquellas personas que en mayor o menor medida han compartido conmigo la experiencia vivida en Chipre.

En los meses de marzo y abril, es decir, la fase final del programa y de mi estancia en la isla, concluimos mis compañeros y yo los diferentes eventos y actividades que estábamos llevando a cabo durante los últimos meses, asistí a varias conferencias y talleres sobre educación para la paz y también tuve tiempo de ayudar a mi amigo Nikola a recoger madera para construir un burro a tamaño real. Sí sí, un burro. La escultura del animal era parte de un proyecto bicomunal en el que colaboraron jóvenes de ambos lados de la isla.

Viendo que mi aventura llegaba a su fin, tuve tiempo también de participar en un viaje por diferentes aldeas abandonadas de la parte sur de la isla, alguna de esas villas habitadas por turco-chipriotas y abandonados tras el conflicto, otros por razones migratorias o geológicas; vivir de primera mano la tradición de la Semana Santa Ortodoxa en el pueblo de Elli, Katydata; descubrir lugares mágicos con Chrysi y Pavlos como «Avakas gorge» o «barranco de Avakas»; o recorrer una vez más todo el norte de la isla, visitando dos de los tres castillos medievales que coronan las cimas de los montes Pentadáctylos o cordillera Kyrenia, hasta llegar a la parte más septentrional, la penínusla de Karpasia, todo esto junto a mis grandes amigos Nikola, Veronika, Gioia y su hermano Daniel.

       

        

Una vez hecho el resumen de las últimas semanas, voy con las despedidas y agradecimientos.

Han sido tantas las personas que he conocido y conectado durante esta etapa de mi vida, que me podría pasar horas escribiendo los nombres de todos ellos, y como estoy seguro de que ellos/as saben con absoluta certeza forman parte de esa lista, me voy a permitir el lujo de no hacerlo. Pues bien, a todas ellas y ellos quiero decirles con estas palabras lo infinitamente agradecido que estoy de haber compartido nuestro tiempo, risas, penas, locuras, comidas,momentos…y que de todo corazón espero volver a reunirme pronto con todos ellos y ellas.

También dedicar palabras de agradecimiento y gratitud a todos aquellos miembros pasados y presentes de YEU Cyprus que hicieron posible que esta experiencia mereciera la pena, cumpliendo más que de sobra con las expectativas del proyecto.

Y para terminar, simplemente decir gracias, gracias y más gracias a todos aquellos que he nombrado anteriormente y que han compartido vagón en este tren que es la vida.

Con cariño,

Juanjo

Resumen del mes de febrero y primera semana de marzo, semanas 42º a 46º

¡Hola a todos de nuevo!

Antes de empezar, quisiera disculparme por estas pequeñas vacaciones que me he tomado. En la recta final de mi experiencia en Chipre, he dedicado mi tiempo en planificar (todavía estoy en ello) mi futuro más cercano. Después de tantos meses de increíbles momentos (algunos no tanto) y de haber descubierto y conocido tan fantásticos lugares y personas maravillosas, es momento para mirar hacia delante y seguir mi camino, pero sin dejar de disfrutar del momento.

Durante el mes de febrero he tenido la posibilidad de seguir disfrutando de gran cantidad de experiencias, con un pequeño paréntesis por culpa de una faringitis que se solucionó pronto. También ha habido una pequeña época de bajón debido a que uno no siempre se encuentra brillante y con el mejor humor, y cuando te encuentras en esos momentos de vulnerabilidad y te sientes tan lejos que el calor de los tuyos apenas lo aprecias, se le hace a uno más difícil levantarse. Pero como dice el refrán «no hay dolor que cien años dure«, todo pasa y volvemos a las andadas, disfrutando del momento y compartiendo mi tiempo con toda esa gente a la que he tenido el placer de conocer y que han tenido el gusto de compartir su tiempo, preocupaciones y locuras conimgo.

Pero volviendo a lo que ha sido el mes de febrero, y dejando a un lado pequeños baches, haré un pequeño resumen, para no extenderme demasiado. La primera semana de febrero, tras la vuelta de Bucarest, llegó el tiempo de reposo en casa debido a la enfermedad. Tras ella, cena en casa de mis amigos Yarimar y Ezequiel y otra cena para inaugurar el piso de mis amigos Pavlos y Chrysi; la sorpresa en el día de cumpleaños de mi gran amiga Elli, y el reconocimiento por su gran trabajo con su banda de música durante los últimos cuatro años dos días más tarde en la Gala de los Premios a la Juventud, gala en la que también participó mi amiga Andria como miembro del coro Amalgamation.

Como parte de las actividades de nuestro programa, y aparte de las clases de español que imparto, organizamos mi compañero Benjamin y yo un evento llamado Eco-Teaching, para trabajar sobre la importancia y concienciación del cuidado de nuestro entorno, evento dirigido principalmente a maestras/os que se encargarán de poner en práctica las ideas que planteamos entre sus alumnas/os. También organicé con la ayuda de Mohammed, un payaso de profesión y creador de esperanza para muchos niños, la proyección de un documental sobre el increíble trabajo de otro payaso en un hospital con niños con cáncer. Desafortunadamente, la proyección no atrajo a un gran número de personas, por no decir a nadie. Una lástima porque el documental realmente mereció la pena.

Volviendo a las actividades de ocio, el domingo 26 de febrero, Yari, Ezequiel y yo fuimos a ver qué era eso del gran carnaval de Limassol. Sin duda grande fue, probablemente la mayor de la isla se concentró allí ese día. Mucha fiesta pero también mucho caos.

El lunes 27 fue fiesta nacional en la isla, así que Chrysi, Pavlos y yo acompañamos a otro grupo de excursionistas a realizar una ruta senderista en el lado ocupado de la isla, y que tenía como destino final del recorrido el Castillo de Bufavento, uno de los tres castillos que coronan las cimas de la montaña de Pentadaktylos.

Por último, ya dentro del mes de marzo y para cerrar este post, el sábado 4 mis amigas Veronika, Katarzyna y yo tomamos rumbo a Pafos para participar en el maratón que allí se organizaba. Sotiris, Salah, Katarzyna y yo participaríamos en la carrera de 10km, mientras que Veronika participó en la media maratón. Un increíble fin de semana. Fue mi primera participación en una carrera de este tipo y me sentí muy cómodo, a pesar de no sentirme todo lo preparado que me hubiese gustado estar.

De momento, seguimos disfrutando del día a día aquí en este increíble rincón del Mediterraneo, y espero que vosotros también lo estéis haciendo leyendo estas líneas.

Nos vemos en la próxima entrada.

¡Saludos!

Bucarest, semana 41º

¡Hola a todos!

Poco a poco se va acercando el final de mi aventura en Chipre, y una de las cosas que me prometí a mí mismo antes de empezarla fue viajar cuanto pudiese por Chipre y alrededor de la isla. Turquía, Grecia, Egipto,…muchos destinos de gran atractivo y todo un año por delante. Pero primero había que descubrir Chipre. Después de siete meses y medio y de haber recorrido y descubierto gran parte de la isla, por fin llegó la primera escapada. Estambul fue el destino. Hace un mes fue el turno de la siguiente escapada. Esta vez tocaba Bucarest, en Rumanía.

El martes 31 de enero preparé la mochila y desde Larnaca volé hasta Bucarest. Allí me esperaba mi amiga Mihaela. Llegué a Bucarest sobre las 6 y una hora más tarde me reuní con ella y una amiga suya en el centro de la ciudad. Cenamos en el centro, en la zona universitaria y después de un par de cervezas más, Miha y yo fuimos a su piso a descansar.

El día siguiente, mi amiga se tomó el día libre, así que la tomé como mi guía personal para visitar parte de la ciudad. Empezamos la ruta en el parque Tineretului, todo cubierto por la nieve. De allí fuimos a otro parque, el parque Carol. Es el más antiguo de la ciudad y en el se encuentra el mausoleo que rinde homenaje a los héroes nacionales. Seguimos nuestra particular ruta con parada de avituallamiento en «Fabrica» para reponer fuerzas. De allí seguimos caminando por el centro de la ciudad, viendo pasar al final de una larga avenida el Palacio del Parlamento rumano, o como muchos rumanos lo conocen, la Casa del Pueblo. Pero ese no era nuestro destino. Nuestro destino era la casa del gobierno. Allí se estaba produciendo una manifestación en contra del nuevo gobierno, elegido hacía un mes, por motivos de corrupción. Nada nuevo en los tiempos que corren por desgracia. Cuando llegamos había 6.000 manifestantes. Cuando nos fuimos 80.000. Cuando pusimos las noticias en casa, la cifra llegó a 120.000.

El jueves y viernes, mientras Mihaela cumplía con su jornada laboral, yo dediqué ambos días a patearme la ciudad, para visitar la ciudad y para mantener el calor en el cuerpo. Nombraré algunos de los sitios que visité, como por ejemplo el Museo Nacional de Historia, el Arco del Triunfo o la Avenida de la Victoria, pero os recomiendo que veáis con mejor detalle todo lo que pude disfrutar durante todo el viaje en la galería de fotos.

Ya el sábado, a primera hora de la mañana me despedí de Mihaela, cogí un taxi en dirección al aeropuerto y alrededor de las tres de la tarde estaba otra vez en Lárnaca. Vuelta a casa y a descansar.

Nos vemos en las próximas entradas!

 

Esquí en Troodos, pero no solo esquí, semanas 38, 39 y 40

¡Hola a todos!

Viendo la gran cantidad de nieve ha caído durante las últimas semanas, habría sido una pena no intentar disfrutarla e incluso ir a esquiar. Así que pensando y pensando en la posibilidad de esquiar en Chipre, algo impensable hace unos meses, le propuse la idea a mi amiga Ilenia. Ella, que no tenía idea de esquiar me dijo rápidamente sí!!!! ¡¡¡¡vamos a esquiar!!!! Así que empezamos a movernos para encontrar a alguien con coche y dispuesto a conducir y esquiar con nosotros. En menos de un día, problema resuelto. Ilenia, tan inquieta como activa encontró un chico con coche…pero sin cadenas. Y ese chico resultó ser mi buen amigo Marc. Todo parecía ir bien menos por las cadenas.

La semana anterior, subimos a la montaña Yarimar, Ezequiel, Elli, Savvia y yo, pero el camino era tan malo que no pudimos llegar a la cima debido a la nieve y el hielo. Con este panorama, era casi imposible ir con el coche de Marc. Por casualidad, un amigo al que le dije mi intención de ir a esquiar me agregó en un grupo en Facebook sobre una escpada para esquiar. Problema solucionado. El sábado 14, nos reuimos alrededor de diecisiete personas para ir hacia Troodos. Una vez allí alquilamos el equipo de esquí y directos a las pistas. Todo el día subiendo y bajando por las pistas, con un tiempo muy agradable y mejor compañía. Hacia las 16:00 volvimos a Nicosia.

La semana siguiente pasó como de costumbre, a excepción del viernes, que la pasé con mi amigo Nikos. Comimos juntos y compartimos un muy buen día, como siempre. Por la noche, miembros de YEU nos invitaron a todos voluntarios a una cena en una taberna tradicional chipriota. Comimos «mezes» (plato chipriota), bailamos la música tradicional y también algunos platos fueron rotos en el piso, siguiendo la costumbre. Experiencia única y gran tiempo compartido con familia YEU.

El sábado, otra vez, fui a la montaña, a Troodos (no hay otra). Esta vez fue una excursión organizada por Gosia, de Caritas, para llevar en bus a todas las personas relacionadas con la organización. Esta vez me lo tomé más relajado y principalmente me uní al grupo para echar una mano para que pudieran disfrutar de la experiencia con la nieve el resto.

A lo largo de la semana pasada, estuve trabajando entre casa y la oficina , ya que Cáritas ha mantenido cerrada la oficina después de Navidad por diferentes motivos. Algunas de las cosas que he estado haciendo hasta ahora han sido planear los próximos eventos y talleres que llevaremos a cabo los próximos meses. Además, el jueves pasado mis alumnos hicieron su primer examen conmigo y según lo que he visto, no han sido tan desastre como esperaba (es broma jeje). En el ámbito personal, el miércoles fue cumpleaños de Ezequiel y muy amablemente me invitó junto con algunos otros amigos a la cena. Fue una noche de alegría que compartimos con muy buena comida y mejor compañía.

Y para terminar la semana, el viernes salí con Chrysi y Pavlos. El sábado, Yarimar, Ezequiel y yo fuimos a visitar la ciudad antigua de Salamina, perteneciente al período griego y romano, y por la noche otro cumpleaños en casa de mi loco amigo Salah.

El domingo mis colegas Gioia y Benjamin organizaron un viaje a tres pueblos, Kato Dyrs, Lefkara y Tochni, con el tema «Apasionados fotógrafos». Alrededor de 80 participantes se unieron al evento. Todo el domingo caminando por los pueblos y tomando fotos muy bonitas. Al final del día, todos felices y con una buena sensación sobre la excursión de haberla disfrutado.

¡Nos vemos en las próximas semanas!

La entrada del nuevo año, semanas 35º, 36º y 37º

¡Feliz Año Nuevo a todos!

Después de un par de semanas para descansar, disfrutar de la familia y los amigos y de empezar a pensar en nuevos planes de futuro, volvemos a la rutina. Han sido dos semanas increíbles cargadas de gran contenido emocional. Parte de la culpa la tiene mi familia, con la que he compartido una magnífica primera semana de vacaciones visitando la isla, enseñándoles cómo es mi vida aquí y compartiendo con ellos un pedacito de lo que he vivido durante estos nueve meses. La otra parte de culpa la tienen todos aquellos amigos y gente con los que he compartido mi tiempo durante el resto de mis vacaciones. Sin ir mas lejos, el mismo día de Nochebuena lo pasé estupendamente con mi colega Leónidas, que me enseñó entre otras cosas su negocio, ¡una granja de alrededor de siete mil cerdos!

Como mi familia no llegaba a Chipre hasta el 26 de diciembre, había que buscar un plan alternativo a la noche de Nochebuena y al día de Navidad. Mis amigos de la organización Politistiko Ergastiri tenían previsto hacer una gran cena de Nochebuena en su casa con otros amigos suyos, en total unas treinta personas, así que me uní al plan. Aportando cada uno algo para cenar, con más comida que espacio para colocarla y poder cenar, cenamos requetebién y al terminar empezamos con las bebidas. Poco después, procedimos a abrir nuestro regalo del «amigo invisible». A continuación, seguimos con la fiesta, con el buen rollo y con algunas copas de más al final de la noche.

Al día siguiente, mi amiga Elli me invitó a comer con ella y su familia en Katidata, el pueblo de sus abuelos. Gran cantidad y diversidad de comida, igual con los postres. Al terminar, fuimos a visitar el pueblo de Kakopetria, un pueblo precioso, propio de una estampa navideña. Un paseo por sus calles y de vuelta a Nicosia.

El lunes, después de pasar la tarde y cenar con mi amigo Marc en Lárnaca, fuimos al aeropuerto a recoger a la familia. Casi nueve meses después, otra vez juntos. Nos despedimos de Marc, cogimos un taxi y tomamos rumbo a Nicosia.

Durante la semana del 26 de diciembre al 2 de enero, mi familia y yo hemos tenido tiempo de viajar por la isla, hacerles un pequeño resumen in situ de lo que está siendo mi experiencia aquí. Pudieron conocer lugares históricos como el Castillo de Saint Hilarion, el puerto de Kyrenia, el Monasterio de Bellapais o la ciudad antigua de Kourion, ¡y yo también! También visitamos Nicosia, por supuesto, y Lárnaca. Podríamos haber disfrutado un poco más si el tiempo hubiese acompañado, cosa que desafortunadamente no ocurrió. De todas formas, la compañia fue lo realmente importante, así que dejamos a un lado cualquier tipo de queja.

El día de Nochevieja quedamos con mis amigos Pavlo y Chrysi para tomar un café después de comer, y por la tarde regresamos a casa a preparar la cena de Nochevieja. No cenamos solos, sino que compartimos mesa con Yarimar y Ezequiel, buenos amigos venezolanos que están en Chipre por temas de trabajo. El menú fue variado, con productos españoles y venezolanos, y como plato principal cocinamos dos pulpos hermosos en el horno. Cerca de la media noche, preparamos las uvas y las granadas, tradición chipriota esta última que consiste en lanzar una granada desde la puerta de casa, y en función de si el grano permanece dentro de la corteza augura un buen año o no. De esto último me enteré un par de días después, y como no presté demasiada atención al resultado, me quedo como estoy. De todas formas, empezar el año rodeado de la gente que te importa es sin duda la mejor manera posible de hacerlo.

El día de Año Nuevo fue un día para disfrutar descansando, ya que por la noche mis padres y mi hermana cogían su vuelo de vuelta a casa, y no iba a ser precisamente corto y cómodo. Prepararon las maletas, fuimos a tomar un café, regresamos a casa para cenar y a eso de las once y media de la noche, Ezequiel, que tan amablemente se ofreció a llevarnos al aeropuerto, pasó por casa a recogernos. Ya en el aeropuerto, me despedí de la familia y Ezequiel y yo regresamos a Nicosia.

La semana posterior a la visita de la familia se ha traducido básicamente en tiempo para descansar, leer, pensar en nuevos planes de cara al futuro y disfrutar de los amigos. Grandes amigos como Pavlos, Chrysi, Andria, Elli, Savvia, Yarimar y Ezequiel… y por supuesto, después de más de tres meses sin ver a mi queridísimo amigo Nikos, que estuvo ausente durante todo este tiempo por motivos de trabajo.

Esta úlitma semana hemos vuelto al trabajo con las pilas cargadas y con muchas actividades y eventos todavía por llevar a cabo. Muy contento también de volver a ver a mis estudiantes. Seguimos con el ritmo.

¡Nos vemos pronto!

Tiempo de Navidad, semanas 32º, 33º y 34º

Hola a todos!

En este último mes de diciembre ha habido tiempo para hacer gran cantidad de cosas, no tanto para escribir. Asistencia a diversos talleres ajenos a mi organización y con un propósito de acercamiento de sociedades en situaciones de conflicto (taller «Educación para la cultura de la paz» y jornada de baloncesto a través de la organización Peaceplayers, con el objetivo de reunir niños turcochipriotas y griegochipriotas), como ocurre en aquí en Chipre; participación activa en uno de los tantos mercados navideños que estos días se están organizando; la asistencia el último fin de semana a la evaluación de mitad de proyecto que realiza la Agencia Nacional a los voluntarios que están en el ecuador del programa; o la fiesta pre-Navidad que organizamos mis compañeros de piso y yo hace dos semanas. En esto se ha resumido el mes de diciembre, que aunque no ha terminado, ha sido bastante productivo tanto en lo personal como en lo profesional.

Como todo el mundo sabe, en unos días entramos oficialmente en la época de Navidad, o período vacacional, como prefiráis llamarlo. El caso es que va a venir más que bien desconectar un poco de la rutina y recargar pilas.

 

Este año va a ser diferente para mí, ya que va a ser el primer año que pase lejos de mi familia y amigos. Es una nueva experiencia que, aunque sea la mejor época del año para regresar a casa y reunirte con tus seres queridos, quiero probar, lo considero de alguna manera como un reto personal. Aunque, he de decir que, gran fortuna la mía, en una semana tendré aquí conmigo a mis padres y hermana. Así que podemos decir que es un reto a medias. Y digo fortuna la mía porque, a parte de tenerlos aquí conmigo, que ya es un regalo para mí, voy a poder enseñarles lo que he estado viviendo durante este tiempo en la isla en todos los sentidos.

Como a partir del fin de semana me va a resultar aún más difícil sentarme a escribir y compartir con todos vosotros mi experiencia chipriota, me despido de vosotros hasta el año que viene (vamos, lo que viene siendo un par de semanas) y nos vemos de nuevo después de Navidad.

¡Feliz Navidad y próspero Año Nuevo a todo el mundo y un abrazo muy grande!

 

 

 

Escapada a Estambul y domingo en Apliki, semana 30º y 31º

¡Hola a todos!

Después de siete meses y medio en Chipre, por fin llegó la hora de cambiar de aires. Como bien anuncia el título de esta entrada, el destino no fue otro que Estambul. Un viaje que llevaba tiempo planeando realizar, pero que debido a la inestabilidad política y social en los últimos meses en el país turco, decidí posponer. Tras hablar con mi amigo turco Erdal y ver que aparentemente todo parecía tranquilo, decidí comprar los billetes para ir a visitarlo y a conocer la ciudad. Como ya he comentado en anteriores ocasiones, la situación de división de la isla y consecuentemente de conflicto con el gobierno turco hace que viajar desde la parte griega a Turquía se convierta en un problema de tiempo y dinero. Sin embargo, cruzar a la parte turca de la isla y comprar un billete a Estambul se traduce en unos cincuenta euros el billete y una hora y media de viaje. Así que, como voluntario que soy, con poco presupuesto y tiempo suficiente, la opción estaba clara.

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En los días previos al viaje me encargué de dejarlo todo preparado para el día del vuelo, como imprimir los billetes, comprobar la estación de autobuses en la parte norte de Nicosia, preparar parte del equipaje,…aunque sin mucho estrés. El miércoles de esa misma semana, se celebró en la Universidad Europea de Chipre una conferencia sobre juventud a la que asistimos mi compañero Benjamin y yo. En ella se realizaron una serie de talleres tratando diversos aspectos que conciernen a las nuevas generaciones en la isla, como el siempre presente problema del empleo o la búsqueda de soluciones al «asunto chipriota». Una jornada muy productiva, participando en el taller «El Asunto Chipriota», en la que aprendí un poco más sobre la historia reciente de Chipre, sus preocupaciones más urgentes y su voluntad por resolver una situación que ya dura más de cuarenta años.

El jueves, como normalmente, impartí las clases de español, y el viernes, al haber trabajado el domingo anterior, me cogí el día libre para ultimar detalles del viaje por la mañana. Por la tarde, cogí la mochila y me dirigí a la parada de autobuses que me llevaría al aeropuerto. Un par de horas antes del vuelo, como recomiendan, me encontraba en el aeropuerto de Ercan, y alrededor de las nueve de la noche, despegaba el avión rumbo a Estambul. El contraste entre el aeropuerto de salida y el de llegada fue abismal. De la tranquilidad del primero al movimiento frenético y sensación de caos del segundo. Ya estabamos en Estambul. En el exterior de la puerta de llegadas, un sinfin de taxis esperando a los turistas y viajeros que aparecían de la puerta. Mi primer pensamiento nada más ver aquel panorama fue «¿cómo cojones voy a encontrar aquí a mi amigo Erdal? Después de unas cuantas llamadas intentando ambos ubicarnos en aquel escenario, finalmente conseguimos encontrarnos. Un amigo suyo nos recogió a los dos y de allí fuimos directamente al piso de Erdal. Era medianoche y todos estábamos cansados. El sábado habría tiempo de disfrutar y ponernos al día.

Con Erdal

El sábado, sin prisas, nos levantamos, bajamos (Erdal vive en un decimocuarto piso) a una cafetería que había al lado del edificio y cogimos energías para afrontar la mañana. Nos dirigimos al metrobus para ir al centro histórico de la ciudad, previo transbordo al tranvía hasta llegar a la parada que nos dejaba al lado del Gran Bazaar. En medio del trasiego de la ciudad es difícil apreciar el tamaño del que fue durante la época otomana el centro económico de la ciudad, pero el caso es que este mercado cuenta con más de cincuenta y cuatro calles y alrededor de cuatro mil tiendas. Dejamos atrás el Gran Bazaar y continuamos nuestra particular ruta por las calles del casco antiguo de Estambul para dirigirnos a la Cisterna Basílica, construida en el periodo otomano, que en otros tiempos proveía de agua a la ciudad. Un lugar entre misterioso y relajante bajo tierra que sin duda mereció la pena visitar.

Agia Sofía

El siguiente punto al que nos dirigimos fue a la plaza que separa la Mezquita Azul de Agia Sofia, entre dos inmensos colosos que se miran de frente desde ambos lados de la plaza. Visitamos sin prisa ambas mezquitas (actualmente Agia Sofia es un museo) y después de contemplar estas dos maravillas nos dirigimos a las orillas del Bósforo. Desde allí pude contemplar la belleza del canal, a pesar del frío, y disfrutar de sus increíbles vistas, desde la Torre Galata en el barrio de Karaköy hasta la parte asiática de la ciudad. Cruzamos el puente entre el flujo de gente y la ingente cantidad de pescadores que allí se reunían en dirección a Karaköy para visitar la Torre Galata. Después de subir la pronunciada cuesta que hay para llegar hasta la torre, llegamos y vimos que había una cola larguísima para subir a ella, así que decidimos seguir con la ruta, ya tendría tiempo el lunes de subir sin tener que esperar tanto. Desde allí nos dirigimos hacia la Plaza Taksim, a través de una interminable calle llena de tiendas y más llena aun de gente. A mitad de camino, para descansar un poco, fuimos a tomarnos una cerveza y disfrutar (después de sufrir) la vida que tienen estas calles repletas de gente.

Tranvía turístico

Después de la cerveza, retomamos el camino, llegamos a la plaza Taksim, antaño llena de vida, esa tarde no tanto, y de allí fuimos a coger el tranvía primero y el metrobus después para dirigirnos a casa. Por la noche, Penar, novia de Erdal volvió de trabajar y de allí fuimos a un restaurante con comida típica turca. Al terminar, vuelta a casa a descansar, el domingo más.

De barbacoa

El domingo, sin prisa por levantarnos, despedimos a Penar, que tuvo que irse por motivos de trabajo, y junto con Osman, amigo de Erdal, salimos de la ciudad para hacer una barbacoa en el bosque. Un plan propio de un domingo de descanso para desconectar de la rutina y del frenesí de la ciudad. En el camino, paramos a comprar la carne y herramientas necesarias para la barbacoa y de allí llegamos al lugar para cocinar y disfrutar del día. Alrededor de las cinco y media empezó a oscurecer, por lo que recogimos todo y volvimos al piso.

El lunes, como Erdal tenía que trabajar, me fui solo a visitar la ciudad. Salimos de casa los dos juntos y cuando él llegó a su parada, seguí en el metrobus hasta llegar a la mía. Hice transbordo del metrobus al tranvía y me bajé en la parada «Sultán Ahmed», que te deja justo entre Agia Sofía y la Mezquita del Sultán Ahmed o Mezquita Azul. Desde allí me dirigí al Palacio de Topkapi para llegar por fin al canal del Bósforo. Me subí al ferry que me llevaba hasta la parte asiática de la ciudad, concretamente al barrio de Kadiköy, no sin antes disfrutar de las maravillosas vistas a lo largo del trayecto. Después de varias horas recorriendo las calles de la zona de Kadiköy y Üsküdar, regresé a la zona de Eminönü, en la parte europea. Parada para comer, ¿el qué? pues kebab, estaba desmayado y no tenía demasiada energía para buscar algo diferente.

Desde Galata

Comiendo al lado de la Torre Galata, lo siguiente que hice fue subirme a ella y deleitarme con las geniales vistas que desde allí se pueden apreciar. Una vista panorámica de la ciudad increíble. Al bajar, me dirigí de nuevo al Gran Bazaar y una vez dentro, me perdí. Me considero una persona con sentido de la orientación, pero el tamaño del lugar y la similitud de las galerías me despistaron sobremanera. Después de un rato dando vueltas, conseguí reubicarme y encontrar la salida que me llevaba a la parada del tranvía para regresar a casa. Estaba oscureciendo y Erdal ya estaba en casa esperando.

Cuando dices que Estambul tiene una población de catorce millones de habitantes, es normal encontrarse en plena hora punta la ingente cantidad de personas intentando hacerse un hueco en el bus o el metro para regresar a casa o desplazarse a cualquier otro lugar. Afortunadamente sobreviví a la experiencia y llegué a casa de Erdal justo a tiempo para cenar.

Mi último día en Estambul fue bastante relajado. Pasé todo el martes en casa de Erdal con un amigo suyo, Mehmet, descansando y preparando el viaje de vuelta. Antes de irme, Mehmet y yo fuimos a un restaurante para coger energías antes del vuelo. Justo antes de coger un taxi hacia el aeropuerto, tuve tiempo para despedirme de Erdal y Mehmet. Eternamente agradecido a mi amigo Erdal por su hospitalidad y buen trato. Nos vemos pronto amigo. Alrededor de la media noche estaba de vuelta en casa, en Nicosia.

noche italiana

De vuelta a la rutina pero con las pilas más que cargadas, seguí con mis clases de español el jueves y el viernes tocaba otra vez «noche cultural» en la oficina de YEU, esta vez «la noche italiana». Mis compañeras Gioia y Luana se encargaron de preparar una noche llena de buenos momentos y buena comida y gran participación al evento. El sábado me quedé en casa realizando tareas y por la noche asistí junto con varios amigos de Cáritas a un concierto de música clásica, un solo de piano interpretado por el compositor griego Christodoulos Georgiades, y al terminar, vuelta a casa.

Buen surtido

El domingo, mi amiga Andria me había invitado a una fiesta en su casa de campo junto con otras cuarenta personas. Allí disfrutamos de un día increíble elaborando zivania, cocinando, comiendo y disfrutando de la compañia. Algunos amigos de Andria trajeron sus instrumentos y por la tarde tocaron música tradicional con dos instrumentos poco usuales como son el santur y el laúd. Un día completo en el campo con la mejor compañía y también la mejor manera de terminar la semana.

¡Nos vemos en la próxima entrada!

 

 

Una noche en Troodos y «Ruta del Vino», semanas 27º, 28º y 29º

Hola a todos!

Como se suele decir, después de la tormenta llega la calma. Y eso es lo que básicamente he estado haciendo durante las dos últimas semanas. Esta vez no tengo excusa. He dedicado mi tiempo a desconectar un poco del ajetreo de las últimas semanas y me relajé tanto que hasta se me olvidó escribir. Pero ya estoy de vuelta.

En realidad no hay mucho que contar de las últimas semanas. El trabajo en Caritas transcurre como siempre y en la oficina, aunque a un ritmo más liviano, también. Preparando las clases de español me doy cuenta que cada vez me gusta más hacer esto. Mis alumnos mantienen su asistencia y por lo que he oído, aprenden y disfrutan, dos aspectos que en mi opinión deberían ir cogidos de la mano siempre. Evidentemente, yo también aprendo con ellos, siempre, algo que valoro muchísimo.

Aparte de las clases, el jueves 3 realicé una entrevista a mi compañero Benjamin en nuestro programa de radio «Signs of the World» sobre su experiencia como voluntario durante tres meses en un orfanato en Camerún. Una experiencia muy interesante, sugerente e inspiradora como reto para el futuro, aunque nunca se sabe. Ese mismo día por la noche, tocaba despedir a Emanuela, grandísima amiga con la he pasado grandes momentos este verano y de la que no me podía olvidar en este post. Espero que nos podamos ver pronto.

En referencia al tiempo de descanso que comentaba antes, el viernes 28 de octubre fue fiesta nacional en Chipre y el lunes siguiente me lo tomé libre, así que pude disfrutar de unas minivacaciones, sin hacer nada en particular, pero minivacaciones. El motivo de fiesta nacional el 28 de octubre en Grecia y Chipre se debe al «no» (OXI) y su posterior contraataque que dio como respuesta el gobierno griego de Metaxas al gobierno italiano de Mussolini debido al ultimatum y posterior intento de invasión por parte del ejercito italiano en tierras helenas en 1940. Como anécdota.

Y después de una semana más corta de lo normal, llegó el viernes, y con él una excursión de última hora, acampada en Troodos. Un plan inesperado porque me lo propuso mi amigo Ehson a última hora del jueves. El viernes me moví para recoger los elementos que me faltaban para acampar (saco de dormir, esterilla,…) y el sábado rumbo a la montaña. Pero antes, el viernes por la noche, tuve tiempo de salir a tomar unas cervezas con mis amigos Pavlos, Chrysi y Andria.

Madaris 3

El sábado, como estaba previsto, nos dirigimos a Prodromos, en uno de los puntos más altos de la isla. Llegamos, plantamos las tiendas y nos fuimos a buscar leña para la noche, tenía pinta de que iba a refrescar. Después de eso y antes de que anocheciera, había prevista una sesión de yoga en un hotel cerca del lugar, o al menos eso fue lo que entendí. Lo que no esperaba era que al llegar al lugar, el hotel estuviese abandonado. De igual modo, entramos y en la primera planta, en una sala enorme y esquelética (estaba completamente en los cimientos), realizamos la clase de yoga. Al terminar, una sensación de calma unida a la particularidad del lugar hicieron de la experiencia un momento único.

El hotel

Volvimos al campamento y encendimos una hoguera. A las cinco y poco ya era de noche, así que la encedimos pronto y allí disfrutamos del calor del fuego comiendo, bebiendo, charlando y animando la noche con el djembe. A las doce y poco me fui a la tienda a dormir. Por suerte, Elli me prestó un saco fantástico y al final la noche no fue tan fría como se esperaba.

Hoguera

A la mañana siguiente, recogimos todo y nos dirigimos a otra parte de Troodos, concretamente a Madaris, donde realizamos una ruta senderista, corta, pero increíble. Un sendero que rodeaba el pico de la montaña y que ofrecía unas vistas increíbles de la isla. En algo más de una hora completamos el recorrido y al terminar, volvimos a Nicosia.

El grupo en la bodega

Esta última semana, siguiendo con el ritmo de trabajo, llegamos al fin de semana. El viernes, salida nocturna con los compañeros de piso y Alessandra, prima de Gioia a la parte norte de Nicosia. El sábado igual, pero esta vez más relajados ya que el domingo por la mañana nos esperaba «la ruta del vino». Este evento, organizado a través de nuestra organización por Benjamin y Bárbara, consistía en una visita al Museo del Vino en el pueblo de Erimi. Después de la visita y posterior cata de vinos que allí se ofrecen, cogimos el autobús hacia el pintoresco pueblo de Omodos. Tiempo libre para visitar la villa y comer algo. De vuelta al autobús todo el grupo, fuimos a una bodega en el pueblo de Platres, cerca de Omodos. Allí nos explicaron de manera resumida el proceso de producción y embotellamiento de los distintos vinos que tienen a la venta. A continuación, realizamos otra cata y posteriormente fuimos a visitar el pueblo. Alrededor de las cinco, tomamos rumbo de vuelta a Nicosia.

¡Nos vemos en la siguiente entrada!

 

 

Noche Cultural Española, semanas 24º, 25º y 26º

Hola a todos!

Estas últimas semanas me ha resultando bastante complicado encontrar tiempo para escribir. Especialmente este mes en el que gran parte de las actividades que hemos realizado han estado a mi cargo. Por orden, el torneo de baloncesto que organicé junto con mis compañeros el pasado 8 de octubre, las películas que hemos proyectado todos los lunes de este mes y que han tenido como temática el cine español, varios programas de radio en los que he colaborado con mi compañera Bárbara, las clases de español con mis alumnos entregados y como colofón, la «noche de la cultura española el viernes 21 de octubre en la oficina de YEU Cyprus. Un mes intenso pero gratificante por el trabajo realizado y orgulloso de la dedicación puesta en la preparación de las actividades, aunque siempre hay margen de mejora.

Noche Cultural Española 2

Después de una semana intensa de trabajo, realizando horas extra para dejarlo todo preparado para el viernes 21 de octubre, por fin llegó el día de la puesta en escena. La «Spanish Cultural Night» o «noche española de la cultura» empezó en la sala de actos que tenemos en nuestra oficina a las ocho y media. Después de presentar el evento ante la presencia de unas veinte o treinta personas, proyecté un power point, con música de «Tomatito» de fondo, explicando brevemente la historia de España a través de los siglos y enlazándola a las tradiciones y fiestas que realizamos hoy en día en los distintas áreas del país. A medida que avanzaba la proyección, más gente iba llegando, y alrededor de las nueve de la noche, cuando empezamos a sacar las bandejas con las tapas que había estado preparando durante seis horas a lo largo del día, en la sala se podían contar entre cuarenta y cincuenta personas. Buen ambiente y la gente contenta con las tapas que Gioia primero y las chicas de la organización después me ayudaron a montar y también con la sangría que elaboramos entre Bárbara y yo. También algo de música española, para posteriormente reproducir música en español, que no es lo mismo. El evento estaba previsto terminar a las diez, pero debido al ambiente relajado de la actividad y que era viernes por la noche, terminamos en la oficina cerca de la media noche.

Dorian Challenge 4

En cuanto a mi tiempo de ocio durante estas semanas, destacar que el sábado 15 de octubre participé junto con mis amigos Nikola y Pavlos en la «Dorian challenge», un circuito de cinco kilómetros y veinte obstáculos en el área natural de Kornos, en Lárnaca. Una actividad que disfruté mucho en medio de la naturaleza escalando, cruzando zonas de fango, reptando a través de túneles y superando otro tipo de obstáculos. Como dijo mi colega Nikola a un miembro de la organización en tono de guasa al salir del túnel que atravesamos reptando: «¿Y para esto hemos pagado?». Buena mañana y buena tarde después en la playa para relajarnos Nikola, Nadia y yo.

Hasta pronto!!

 

 

Preparación del torneo 3×3 y puesta en acción, semanas 22º y 23º

Hola a todos!

Durante las dos últimas semanas, mi trabajo en la oficina se ha centrado principalmente en la preparación del siguiente gran evento que organizmos en YEU el sábado 8 de octubre. Esta actividad ha ocupado gran parte de mi tiempo, pero también he podido realizar y disfrutar otras actividades tanto en mi horario de trabajo como en mi tiempo libre (que no ha sido demasiado, pero que he disfrutado igualmente)

Empecemos primero por las actividades que he realizado en mi tiempo libre. Hace ya tres findes de semana (que rápido pasa el tiempo) estuve visitando la ciudad de Kyrenia con Nadia, una ciudad menuda pero muy bonita y con un particular encanto. KyreniaEn esta ciudad portuaria, ubicada en la parte septentrional de la isla,  es posible apreciar la costa turca en los días claros. Además de su puerto, destaca también por su castillo histórico, construido por los venecianos alrededor del siglo XVI.img_20160925_162937

Ya en los días de trabajo, aparte del trabajo realizado organizando el 3×3 de baloncesto, me centré como cada semana en preparar mis clases de español, y ese mismo jueves, de participar en el programa de radio semanal, «Signs of the world», con mi compañera Bárbara. El programa trató sobre bandas sonoras de algunas de las mejores películas, a nuestro parecer, de las últimas décadas.

Signs of the world

Hace dos fines de semana, fui con varios amigos hasta el pueblo de Pera. Allí, Elli y su «Windcraft band» tocaron su repertorio habitual de canciones, de esas que uno nunca se cansa de escuchar.img_20161001_213507Puestos de comida y bebida, productos artesanales y buena música para disfrutar de una noche agradable.

El domingo, Savvia, Elli, Nadia y yo habíamos programado una excursión a la ciudad de Famagusta, también situada en el norte. Visita a una de las ciudades más bonitas de Chipre por sus monumentos históricos, y también a la parte donde se encuentra la ciudad fantasma. Ciudad fantasma porque, al poco de la ocupación turca en la parte norte de la isla, los habitantes de Famagusta abandonaron la ciudad tal cual, sin coger sus pertenencias, pensando que cuando acabara el conflicto podrían volver a sus hogares. Desafortunadamente no fue así y toda esa zona abandonada (que hoy en día está acordonada por el ejército turco) se fue degradando hasta hoy día, y todo lo que se puede ver es casas y edificios medio derruidos. Parte reciente de la historia chipriota.

Famagusta, casco antiguo

Siguiendo con nuestro particular tour, primero visitamos la parte histórica de la ciudad. Más tarde bordeamos la ciudad fantasma y finalmente fuimos a la playa a hacer un poco de hambre. Al rato, fuimos a un restaurante cerca de la playa y alrededor de las seis, de vuelta a Nicosia. Para terminar el día, me despedí de mis amigas y me fui al cumpleaños de Chrysi, otra amiga que había organizado un pic-nic en un parque de la ciudad con los amigos. Un buen rato más de buena compañía y un buen trozo de tarta para cerrar el finde.

Durante la siguiente semana, es decir, la semana pasada, más trabajo de oficina para dejar listo el torneo de basket, preparar clases,….y como normalmente, ayudar en Cáritas.

Y llegó el sábado, y con él también el torneo 3×3 de baloncesto. Diez equipos, alrededor de unas 50 personas involucradas entre jugadores y organizadores, buen ambiente y también mucho calor para ser octubre. Afortunadamante, todo salió de acuerdo al plan (excepto los horarios, algo normal, estamos en Chipre), la gente disfrutó mucho y nosotros quedamos muy orgullosos de que los demás disfrutaran.

Con mis amigos
Y para terminar bien el fin de semana, el domingo asistí al evento de presentación del nuevo grupo de EVS que llegó hace un mes a nuestra organización, compuesto por Verónica, de la República Checa, Luana, de Italia y Nicola, de Serbia. Después del evento, aun quedó tiempo para asistir al Oktoberfest, organizado por el Goethe Institute,y disfrutar de unas buenas cervezas.

Hasta la semana que viene!